El Quinto Río
Santa Ana de los cuatro ríos de Cuenca, útero y
matriz, ciudad antigua, sitio de gente sensible, trabajadora, honesta, que aprecia
su belleza y su estética, levantó cultura y tradiciones en las que se asientan
los valores de la cuencanidad, comunidad con pensamiento propio. Nacimos en esta
tierra, signada por el agua, fuimos acunados desde niños, con amor profundo
de: madre, familia y sociedad; nos
enseñaron el hablar cuencano, desde que balbuceábamos las primeras palabras,
cantamos; aprendimos desde pequeños la comida maravillosa de la comarca y la
rica cultura que nos contiene; crecimos deleitándonos con el paisaje, las
montañas de El Cajas y los ríos de agua limpia. Heredamos una sociedad forjada
por nuestros ancestros, con virtudes y defectos, hecha con esfuerzo, con raíces
y valores profundos, que formó y educó a sus hijas e hijos, creó instituciones,
se gobernó en la sabiduría del equilibrio teniendo como referente al progreso. Ciudad
nunca servil al poder, tampoco rentista que ha parasitado extrayendo dinero de
otros lados; territorio de recursos finitos, con escasos suelos de buena
calidad, espacio de abundancia, por el uso de lo tangible y sobre todo lo
intangible, por la inmensa capacidad de amar que poseemos. Única
en el país, en la cultura del agua; con una estructura relacional potente, como
ninguna otra, ciudad orgullosa de lo que somos; que se refleja en el Quinto
Río, que aparece para venerar al Niño Dios en su pase en Navidad, desborda en
unidad en la maravilla del Corpus Cristi o en movilizaciones inundando calles,
contra los déspotas de turno.
La belleza es inmanente al agua y al río, las diminutas gotas afloran tímidamente, una a una, en la vulnerabilidad de los páramos, se van juntando en lo sutil, formando hilitos de agua, que en avance lento trasmutan en torrente pequeño y con la distancia riachuelos se vuelven, sumándose unos con otros forman ríos nacientes, resuenan tumultuosos en la montaña, los ríos son la vida; las gotas sueltas, se secan y se vuelven olvido, los ríos poseen presencia y fortaleza, la gota es aniquilada, el río son las gotas juntas en un destino compartido.
Vamos a formar el Quinto Río, porque a Cuenca
la están atacando, el centralismo y los
mineros , invitados están: Autoridades, ex autoridades, estudiantes, médicos,
profesoras, campesinos, panaderos, burócratas, adolescentes, banqueros, costureras,
abogados, cantantes, ancianos, niñas con globos, ganaderos, sacerdotes, músicos
con trompetas, bombos y panderetas, madres de familia, indígenas,
niños con pitos y maracas, ingenieros, transportistas, comerciantes, poetas,
feministas, arquitectos, artesanas, millonarios, desempleados, políticos viejos
que arrastran su desvergüenza, políticos nuevos que quieren pescar y hacer bochorno,
ecologistas, obispos, jubiladas, agricultores, monjas, industriales, señoras
del club de jardinería, lustrabotas, periodistas, tejedoras, vegetarianos,
señoras encopetadas, vendedores ambulantes, socios del Tenis, flacas
esmirriadas, hoteleros, beatas, gringas avecindadas, sociólogos, miembros del club Rotario, filósofos, cholas
con pollera, crédulos e incrédulos, santos y pecadores, perros, gatos y
garabatos, todos invitados.
Somos simples y humildes gotas, necesitamos
juntarnos en el amor y la dignidad, sumarnos de: una en una, de a 20, de a 50, de 100 en 100,
por miles como las piedras de los viejos ríos amados; vamos a formar el Quinto Río.



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