SIMBOLOS DEL PROGRESO
Cuenca era una pequeña ciudad perdida en los Andes,
con casas de adobe de una planta, aquellas de 2 pisos eran escasas, destacaban
las cúpulas y campanarios de sus iglesias a finales del siglo XIX, la ciudad
energéticamente sobrevivía de la leña y de las velas de cebo.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX
surge el ideal de progreso, concentrado en Europa, Eugéne Haussmann dirige las
obras que transforman París, ciudades europeas se consolidan en nuevos modelos urbanos,
la revolución industrial avanza, la arquitectura se revoluciona, al igual que las artes en
general, así como el intercambio mundial de semillas y plantas. En Cuenca se estructura un núcleo de pensamiento de gran
valor en torno a Benigno Malo Valdivieso, con expresiones en la política mediante el
denominado Progresismo, la introducción del motor en los procesos productivos,
la creación del Colegio San Gregorio, y la
Universidad, la revolución en la
agricultura, ganadería y forestería; el
eucalipto sería una manifestación de lo que fue la adscripción al progreso en
el Ecuador, en 1875 Luis Cordero , trae
de Lima, plantas de Araucarias, a ser sembradas como símbolo del ideal del
progreso y civilización, en el sitio más emblemático de la urbe.
La ciudad en esencia comienza a ser
transformada en la última década del siglo XIX, debido a una gran cantidad de dinero proveniente del comercio de
la cascarilla y los sombreros de paja toquilla en conjugación con el ideal de progreso
concretado en diseños arquitectónicos, la mano de obra local y materiales como
adobe, ladrillo, y madera , elementos que se conjugaron para edificar a Cuenca
como hoy la conocemos, no sería posible dicho patrimonio sin la utilización de los
eucaliptos, debido a que permitió lograr mejoras cualitativas gigantescas con respecto
a las maderas autóctonas, al permitir consolidación
estructural y mayor amplitud de espacios
Hoy los árboles cohabitan con núcleos urbanos,
y es menester un tratamiento ponderado para que no afecten a los ciudadanos. Por
qué es tan difícil en el ser humano conservar un pensar equilibrado y sereno ?,
conservar la memoria, respetar los esfuerzos del pasado, mesurar los
logros del presente, enmendar actos inadecuados, es de necios destruir cultura
y civilización, la ignorancia es corta de ideas y abundante en prejuicios, el
fundamentalismo saltó de la religión a la política y también lo hizo a la
ciencia, hoy se enmascara de ecologismo, revestidos de falsa
superioridad moral, para autonombrarse regidores de lo correcto. Ruidosos políticos populistas, ecologistas
huérfanos de madurez vital, un enorme miedo atizado por las redes sociales, y
una anomia social preocupante, se han convertido en mezcla letal para los
viejos árboles que han acompañado por décadas nuestra vida y el paisaje, a los
que Cuenca debe buena parte de su condición de ciudad patrimonial.
* Fotografía : Ana Lucia Montesinos
** Fotografía : Ana Lucía Montesinos
https://www.facebook.com/ana.lucia.montesinos.2025
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