Somos nuestro olvido

El Ecuador está ubicado en la convergencia de dos realidades complejas: la línea ecuatorial y el cinturón de fuego del Pacifico; serán las influencias del ENOS (El Niño Oscilación Sur) y la dinámica geológica - volcánica; las que lo configuren. Si realizamos un estudio somero desde el año 1580 al 2024, apelando a: publicaciones diversas, libros de Cabildo de Quito y Cuenca; y, registros de pluviosidad desde hace unos 60 años, se establece la existencia de más de 50 sequías, entre leves, moderadas y extremas; contrastando la misma,  con investigaciones del clima o paleoclima de diversos centros de alto nivel en el mundo, se deduce la presencia de ciclos de lluvias o sequías, con un nivel de recurrencia de estas últimas de alrededor de 15 años +/- . En cada siglo se registran aproximadamente dos eventos de sequías severas, que siempre trajeron consigo activación de pestes, crisis económica, inseguridad alimentaria, desplazamientos poblacionales y tensión social. El último fenómeno ocurrió entre 1968 - 1970, la gran sequía de Loja, desplazó a casi 200.000 personas de varias provincias del sur, el 3 % de la población del país; pero esta realidad ha sido olvidada.

La actual sequía comenzó en el año 2023 prolongándose al presente, su nivel de incidencia ha sido moderado, pero suficiente para desnudarnos como sociedad y país; Ecuador posee   estructuras institucionales altamente corroídas, sin capacidad de gestión y respuesta, políticos populistas, mediocres, carentes de visión estratégica, sectores productivos que abandonaron su preocupación por la sociedad, refugiándose en sus intereses, sectores empobrecidos anhelantes de favores clientelares. No creemos como sociedad en acuerdos mínimos, consensos y en las instituciones; por ende, nos negamos a construir razones de estado para enfrentar a los fenómenos naturales. Vivimos embriagados de escándalos y nos distendemos de tiempo en tiempo con las farras en los puentes vacacionales, a eso nos han acostumbrado como sociedad; a la ceguera, a ser hijos del olvido, no hemos aprendimos la lección de lo vivido.


En su “ Ensayo Sobre la Ceguera” , José Saramago, retrata al Ecuador del presente; pero como todo trae su contrario, hay mucha gente honesta buscando juntarse para encontrar salidas, miles construyendo un mejor país, personas amando  la naturaleza, cuidando el  agua y los valores que tanta falta  hace, muchos jóvenes estudiando la ciencia y desarrollando tecnologías, generando cultura como un espacio de crecimiento, madres, padres, abuelos y abuelas construyendo un mundo mejor para sus hijos y nietos.

 

 

Comentarios

Entradas populares