Ciudad de la Esperanza
A las 8.30 llegamos al puente del Vado, vimos
sobrecogidos la inmensa multitud, era imposible avanzar hacia el núcleo
convocante en San Roque, el puente que
atraviesa el río tutelar de los
cuencanos , el Tomebamba, convertido en ombligo de un organismo gigantesco que
crecía minuto a minuto, se disponían como si fuesen brazos gigantescos, ríos de gente, aguas
arriba en ambos costados, con personas que provenían del sur y en orilla opuesta los
que habitaban en el norte, aguas abajo
del puente citado, los que venían del este, y en espejo aquellos que bajaban de
la ciudad antigua en torrente imponente.
Me estremecí al observar la descomunal multitud,
quince días antes en diario El Mercurio de Cuenca, intuyendo lo que venía,
escribí el artículo llamado “ El Quinto Río, “ dos días antes de la marcha, se
publicó , “Invitación a la Creciente” , debo confesar que las letras se
quedaron cortas ante la bastedad que presenciaban mis ojos, estaba contemplando
el enorme corazón de las cuencanas y
cuencanos, su determinación cuando nos sentimos atacados, la fuerza tutelar de
vieja raigambre : cañari , inca, española, republicana, el poder de la
filiación que nos une, los valores de la cuencanidad, la dignidad, el amor por
la tierra.
Respondíamos en conjunción profunda al llamado,
todo Cuenca, se había autoconvocado; los
saludos, los abrazos, las risas compartidas, de pronto me encontré en mitad del
puente, con Lulú Torres apoyada en el brazo de Aurelio Aguilar, temblaba al
caminar, exclamé “ Lulú, que hace aquí
¡¡¡¡¡¡” , ella, llena de entereza a sus casi 95 años, sonriente respondió “ Hijito estoy cerca de la muerte,
pero estoy aquí para defender a mi Cuenca que tanto la he amado ¡¡¡¡¡ “ simplemente…..me salieron las lágrimas…..al
ver en ella la pureza de los valores, y con ella se juntaban por miles, niños,
jóvenes, mujeres , hombres, personas de toda condición social.
De pronto un sonido ensordecedor de tambores se
acercó, era la barra brava del Deportivo Cuenca que se abría paso, y la
asociación de payasos del Azuay, la siguió, la universidad politécnica salesiana
lo propio, cantando alegremente, había jóvenes por montones, las abuelas, con
las hijas y los nietos que habían pintado las hermosas pancartas en las
plazoletas, llegaban, y no paraban de llegar, miles de miles y miles a pesar de
la llovizna persistente.
A las nueve en punto, sin mediar orden alguna ,
el rio humano comenzó a fluir, como un organismo inmenso, natural , espontáneo,
cuan analogía de aguacero de esos que los antiguos decían, parece que se rompió
el cielo, se integraban por cientos las
personas, varios carros clásicos trasportaron a ancianos venerables, se sumó tras de ellos mucha gente, un
camioncito acometía la subida de La
Condamine, en su parte posterior, transportaba una pantalla Led gigante, en la que se leía, “ El agua es vida, Viva
Cuenca ¡¡¡¡¡¡¡ “ , atrás de ellos le
seguían cuan si fuesen romeriantes, cientos de gentes, con monigotes gigantes
de diablos que representaban la minera, o niños disfrazados de gotitas azules,
los vecinos se desparramaron por la bajada del Vado y empujaron la marcha, una cantidad de guambras con batucada, con tambores en trepidante ritmo, empezaron a
subir a la ciudad en un torrente fluido; los pachamamistas cuando había ya 5 o 6
cuadras de gentes desfilando se empecinaban que la cabeza de la marcha empezaba
con ellos, y estaba por comenzar con las mujeres de Quimsacocha , defensoras del
agua, mujeres valiosas , sin las cuales la defensa de la zona ,no se habría
dado, sin embargo, el rio como la vida, simplemente es, y el rio había empezado
a fluir a la hora convocada.
Avanzó la gigantesca masa humana, plural, heterogénea,
creativa, irreverente con el poder, profundamente respetuosa de la vida, los valores y la tierra; sin dirección única, todo Cuenca
volcado a las calles, las 21 parroquias rurales, los cantones del Azuay en
unidad, personas de provincias vecinas, otras de lejanos sitios, cada marchante era responsable de sí mismo, de su cartel y su canción, en imitación a las aguas que se
van juntando, se fue formando la uniformidad en las consignas, en los gritos,
en el baile y en los cantos, no había persona
convocada por anhelo de dinero alguno. La creatividad se desparramó en fecundidad generosa.
Nadie estableció o condujo un patrón
organizacional, la convocatoria fue amplia y encontró resonancia en cada núcleo
o colectivo de la sociedad , desde la familia, barrio, chad, colectivo, colegio
profesional, comité de agua, núcleo productivo,
grupo de amigos, asociación de
jubilados, grupo de danza, grupo de oración en la parroquia, cooperativa de producción, núcleo de estudios; la enorme diversidad de los grupos a los que plegamos
para construir comunidad, la clave fueron las redes sociales; allí se organizó la
marcha en la convocatoria y en su eco ciudadano; con el agua y su cultura como eje vertebrador
que nos une, la amenaza externa del
centralismo representado por Noboa, y la minera ; debe
destacarse el enorme esfuerzo del cabildo del agua por integrar a todos, para
arriar las banderas políticas.
Al llegar a la calle Tarqui ya eran miles de
miles, en cada bocacalle se juntaban más y más gentes, una temeridad de crecida
del río, como dicen los campesinos, allí
se supo que ante el inicio de la marcha el presidente Daniel Noboa, en cobardía
y limitación política e intelectual, había firmado el decreto 134, que
declaraba el estado de excepción en la ciudad, en los accesos a la urbe y
varios puntos, se reportaba la presencia de militares y policías; lejos de
amedrentar a la gente, continuó fluyendo masivamente al torrente, por altavoces de todo tipo se escuchaba la
canción creada por Jaime López, hoy un
nuevo himno de Cuenca :
Cuenca, ciudad de las aguas,
De lagunas, ríos y quebradas,
Cuatro cuerdas de cristal
Cruzan la ciudad
Agua del Cajas, de Quinsacocha,
de la montaña,
riegas la ciudad, humedeces sus
campos,
te bebemos sin temor, agua eres
vida,
eres convocante y pura
Cuenca grita: No a la Mina, Si a la
vida
El oro no reemplaza, el oro no nos
compra
El agua nos junta y no nos separa
La mina contamina, la mina es muerte
Cuenca rebelde y digna
Dice NO a la Minería, repito mil
veces NO a la Minería…
Cuenca de las aguas, Cuenca de la
vida
Un mar de gentes de desparramaba por la calle Sucre,
en alegría inmensa, volviéndose incontables los integrantes del gigante, centenas
de organizaciones que administran y manejan en agua en los campos del sur,
campesinos de comunas surgidas en la colonia como San Sebastián de Sígsig o los
empleados de almacenes de electrodomésticos “La Victoria “, mujeres de toda
condición social hermanadas y firmes a pesar de la lluvia
Vamos Cuenca, CARAJO,
Cuenca no se ahueva CARAJO,
Vamos Cuenca, CARAJO,
Cuenca no se ahueva, CARAJO,
En el parque Calderón, se escuchaba ensordecedor, en mezcla con sonidos de vuvuzelas y tambores, Vamos Cuenca CARAJO; repetido incesantemente,
cuan si fuese un mantra, que insuflaba
poder a los marchantes, pronunciado hasta el cansancio, por : señoras de familias aristocráticas,
vendedoras del mercado, integrantes del
colegio de veterinarios, desempleados, sacerdotes, ancianos, abogados,
y miles de muchachas y jóvenes
acompañados de tambores, guitarras, bombos, panderetas, maracas, platillos y violines.
Comentarios
Publicar un comentario