Mundo Natural

Usted y Yo,  somos parte de una gigantesca tela araña, mátrix, ligazón de mentes y voluntades la llaman algunos,  civilización atravesada por tutores:  padres, maestros, familia, amigos, pareja, sacerdote, político, responsable espiritual, periodista, curador, influencer, somos parte de una sociedad tutoriada, colectivo de minusválidos,  que buscan despiadadamente, certezas y apoyos; desde el fondo de los tiempos necesitamos que alguien externo nos reafirme:  la validez o no de nuestra pisada, el color que vemos,  la sensación del beso,  o el perfume percibido.  

En el año 2001, encargado de la Dirección de la Bienal de Cuenca, ante el cada vez mayor papel de los curadores y críticos de arte, le pregunté coloquialmente a uno de los curadores más valorados de “Globalización Nomadismo e Identidades, “…. ¿Tu posees un inmenso poder, determinas quién es, y quién no es, quién vive y quién muere, que es arte y que no lo es?”, él me quedó mirando, tras el humo que salía de una fragante taza de café negro y con una aguda e incisiva mirada me dijo, “yo tengo todo el poder que tú, me otorgues “.

El gigantesco desarrollo industrial, que nos ha llevado hasta la cuarta revolución, caracterizada por la fusión de tecnologías, el avance desproporcionado en campos como la nanotecnología, robótica, inteligencia artificial, cadena de bloques, computación cuántica, biotecnología, internet de las cosas; hoy signa la vida de los seres humanos como ninguna otra fase precedente, estamos ante la posibilidad cierta de la modificación de procesos mentales, esta realidad nos acompaña :  seres " humanos " rodeados de máquinas,  máquinas controlando el devenir   " humano " , o máquinas cohabitando con otras máquinas, gigantesco organismo mecánico, Gran Matrix. 

La espiral evolutiva de la ciencia y tecnología, ya no depende de un proceso de auto regulación, cual es la condición del arte hoy, las bases de la sociedad están siendo devoradas por el vértigo de la contemporaneidad y la brutalidad de sus procesos

Pregunto:

¿En dónde queda el arte ante este torbellino?

¿Como se es humano hoy, en medio de este huracán que lo engulle todo?


 Vuelvo a preguntar

¿Tiene sentido la obra de Francisco Delgado Suárez?

-        En un mundo del arte en donde las tutorías son las que determinan

-        En donde los creadores son casi todos seres gregarios que se ligan a lo anterior

-        En una civilización deslumbrada por todo lo que provenga de la mente y la tecnología

-        En una sociedad de la post verdad en donde el relato remplaza a la realidad

-  Tiene algún sentido la pintura en medio del deslumbramiento colectivo por el arte contemporáneo

La obra tiene sentido, porque es: a contrapelo, contraria a los tiempos, cuestionadora.

Delgado Suárez, similar al monje, que supo que vino a esta tierra con solo un germen de Alma, y que irremediablemente  apela en constancia a la oración, como sortilegio o  tabla de náufrago, ha perseverado pintando, es uno de los pocos convencidos del rigor diario del esfuerzo de la pincelada, quedan hoy muy pocos, la vida se los ha tragado casi a todos, o la sociedad artística de la contemporaneidad ha hecho lo suyo; él, como los necios, no se ha vuelto gregario, por eso estamos,  usted y yo aquí.

El antiguo cuento para niños " El Traje del Emperador " recuperado de las voces viejas de las montañas alpinas por Andersen, refleja con exactitud lo señalado, vivimos una suerte de hipnosis colectiva, ensayo de la ceguera en palabras de Saramago;  alguien externo viene y nos dice, Esto es Bello ¡¡¡¡¡ y nosotros repetimos al unísono ….Esto es Bello ......pero mira que Bello......Yo siempre lo supe, esto es Bello.....Esto es Bello, this is beautiful¡¡¡¡,  c'est beau,  Je l'ai toujours su, et c'est magnifique.....voila ....todos de acuerdo, Esto es Bello¡¡¡¡¡¡¡, Otro viene y nos dice síganme yo poseo el conocimiento  verdadero ¡¡¡¡ y todos los minusválidos acudimos tras de él, porque nos da certezas y seguridad, aborrecemos la soledad y la falta de certezas, las manadas de ovejas perezosas abundan y pueblan la tierra, en todos los vértices, desde la política, hasta lo espiritual, pasando por las modas culturales, las prácticas de masas, los esnobismos intelectuales, todos  son idénticas en tanto estructura interior, Saramago nos retrata con particular crueldad, en la ceguera y el sueño.

Delgado Suarez ha permanecido en lo que siempre ha sido, a riesgo de la soledad como cualidad inmanente.  Su obra es en contraposición de la contemporaneidad digital, nos interpela, no necesita santificación de curadores, o sacerdotes, que expresen su significado; tampoco requiere mediadores que nos expliquen mentalmente la degradación de los rojos, o la luminosidad captada en la hora mágica, como los directores de cine denominan al tiempo en que la sombra no se proyecta a tierra. La obra simplemente es.

Hace muchos años, en una de sus visitas a Cuenca, Manuel Cholango, artista consagrado, expresó, “hoy vivimos uno de los momentos más oscuros de la sociedad y por ende del arte, hemos olvidado lo sagrado, uno de mis mayores retos en la creación, está en la transustanciación del SER en la obra “. La obra emana, debe comunicar directamente, sin intermediarios.

Estuve al frente del CIDAP, muchos años, recorrí toda América buscando artesanos, desde los ocres textiles de los indios Pueblo en el desierto de Nuevo México, en norte América,  la magnificencia del México plural y diverso, el mundo maya y sus tejidos, la enorme e insondable riqueza del Perú en su mixtura de sangres y esencias, hasta llegar al finis terra, a la talla en madera en los bosques australes de Chile, la obra sale del interior del ser humano, por diversos métodos se vuelca hacia afuera, trasmuta, de substancia, la buena obra EMANA, debido a que hay una transustanciación del Ser , del creador en la obra.  El mundo académico la ha clasificado como artes mayores y menores, arrogante y ampulosa clasificación surgida de la mente, arte y artesanía, arte contemporáneo y pintura.

¿Por eso cabe preguntarse, es necesaria la pintura en medio del mundo contemporáneo? 

¿Hay alguna escapatoria a la globalización digital y la Matrix?

¿Es la pintura una puerta de escape al mundo del algoritmo?

¿Las máquinas y los algoritmos devoran al arte en el presente?

¿Puede emanar un cuadro? 

¿Podemos sentir en las obras su emanación y   los estados interiores del que crea?

¿Qué fino lenguaje es ese ignorado por el mundo académico?

¿La ternura puede acaso ser sentida?, 

¿Los estados de dolor y sufrimiento profundo, es posible que se desparramen o muden en la obra?

¿Qué extraño lenguaje es este que nos conduce por senderos olvidados 

 Vuelvo a preguntar:

¿Como acercarse a la Obra de Francisco Delgado Suárez?

Sin guía alguna, acérquese como usted quiera.

Quizá mi sola sugerencia es …. Contemplar, mirar, observar sin prisa alguna,

Con sencillez,

Sucumba en el silencio,

En soledad,

Enfréntese a ella desnudo o desnuda, trasparente, sin conceptos, sin ideas.

Simplemente desnudo o desnuda,

Procure que este momento le signifique volver a lo humano,

A la chispa de este instante,

A la sutileza de algo que nos toca cuando estamos presentes,

Redescubra en usted …

El asombro.¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Vuelva a los cuadros, una y otra vez,

Concédase tiempo para verlos,

Sienta sus ojos y el respiro íntimo que le acompaña,

Vuelva a su cuerpo y mire desde la sensación justa de su péso,

Trate de sentir su corazón, sus latidos, 

y si no los siente, vuelva y trate una y otra vez, 

Respire y sienta su corazón ......

Una vez allí........

Procure sentir, si hay sentimientos en los cuadros,

Disfrute, 

Simplemente disfrute el instante de vida frente a la obra,

Recuerde, puede ser la última vez que mire los cielos de Delgado Suárez,

Quizá, él, usted, o yo,

Debamos comenzar a explorar otros territorios,  

Menos conocidos, territorio de las incertidumbres.


Juan Pablo Serrano Neira

 

 

 

 

 

 

 


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